Algunos de los seres humanos más letales del planeta están ahora mismo afilando sus mejores armas para ir a la guerra, practicando combinaciones de Kick boxing, repitiendo una y otra vez llaves de lucha Grecoromana, repasando con sus entrenadores la mejor forma de colocar a sus rivales en estrangulaciones de Jiu Jitsu Brasileño y, por encima de todo este durísimo trabajo físico, diciéndose a sí mismos que son invencibles, que derrotarán a su rivales y que obtendrán la victoria en una velada que será recordada por siempre en la historia del deporte.
Sólo con echar un vistazo a la mayoría de los luchadores puedes comprender por qué están allí. El Sábado entrará en el octógono Brock Lesnar, un gigante de casi 2 metros y 125 kilos entrenado para derribar y golpear hasta provocar semejante daño en su oponente que el árbitro se vea obligado a para la pelea; Mark Hunt, el samoano al que le basta un único puñetazo para dejar fuera de combate a sus rivales; Jose Aldo, el ex campeón del peso pluma que estuvo invicto durante diez años; Miesha Tate, que con su dureza no hace más que demostrarnos la escasa importancia que tiene ser hombre o mujer a la hora de pelear (lo único que importa está dentro del pecho, y tiene que ser de León).
Podría continuar el artículo entero narrando los atributos y las estrategias que se desarrollarán en la jaula, pero esta semana hay un luchador más importante para nosotros. En las preliminares del evento, el español de 29 años llamado Enrique Marín enfrentará a la joven estrella estadounidense Sage Northcutt. Así es. Mientras la prensa Española habla de las palabras con las que Mourinho contesta a los periodistas, Enrique se ha hecho un hueco no solo entre los mejores luchadores del mundo, sino en el mayor evento de la Historia de UFC.
Apodado por sus compañeros de equipo “Wasabi”, este humilde guerrero ha hecho historia al realizar un viaje que comenzó hace 9 años, con una derrota en las Islas Canarias bajo la extinta organización KO Arena (Una de las organizaciones pioneras en el deporte). Todo pudo haber acabado allí, pero la férrea voluntad de Enrique lo ha llevado hasta Las Vegas, donde se prepara para alcanzar el máximo apogeo de su carrera: Luchar en el Coliseo del Siglo XXI enfrente de miles de personas.
Por supuesto, ni Enrique ni yo ni ninguno que llevemos tiempo en esto esperábamos más de Cuatro, La Sexta o de cualquier otro medio de comunicación. En nuestro país, la gente prefiere ver a los hombres corriendo detrás de un balón y fingiendo lesiones para ganar. “Allá ellos” les decimos con una sonrisa los que conocemos un mundo mucho más emocionante, donde las palabras sacrificio y respeto alcanzan un nivel muchísimo más profundo del que ellos conocerán jamás.
La liga ULTIMATE FIGHTING CHAMPIONSHIP es la número uno. Luchar en ella es el mayor privilegio al que puede aspirar un deportista de contacto. Dentro de ese octógono, los luchadores han logrado hacer realidad sus sueños, enfrentándose en muchas ocasiones a sus peores pesadillas. Este fin de semana, los españoles podremos al fin ver a uno de los nuestros hacer realidad su sueño.
Enrique, tienes todo nuestro apoyo desde Galicia, Cataluña, Andalucía y otros rincones de tu tierra. Ganes o pierdas, estaremos ahí para verlo y sentirnos orgullosos de lo que tú y el Sutemi Fight Academy habéis logrado. Finalizo este breve artículo citando para ti las palabras de Máximo Décimo Meridio (también hispano) antes de luchar contra los ejércitos Germanos en la película Gladiator.
“LO QUE HACEMOS EN LA VIDA, TIENE SU ECO EN LA ETERNIDAD.”
